Ciento quince millones de niños en el mundo sin escolarizar. Testimonios de niños alistados en el ejercito desde los nueve años. Trabajo de quince horas diarias por veinte euros al mes de chavales que apenas levantan dos palmos del suelo. No deja de ser sorprendente, sin caer en la demagogia, que en la tan cacareada era de las tecnologías, la globalización, el "superdesarrollo", haya titulares que nos deberían sonrojar. Pero, nos quedan tan lejos ¿o tal vez no?.
Esta misma tarde, en mi clase de tutoría con 1º y 2º de la ESO y, posteriormente, en la de Educación para la Ciudadanía de 5º de primaria, les planteaba estos datos a los alumnos. Sorprendidos, me decían que eso no podía ser cierto, que nos es posible que niños de su edad estuvieran haciendo trabajos de hombre, yendo a la guerra o buscando entre la basura para llevar algo a casa. Y ¿a cuento de qué estas historias?.
El próximo 20 de noviembre es el Día Internacional de los Derechos del Niño, y era la excusa perfecta para hacer ver a nuestro chicos que son unos privilegiados, que sus problemas no tienen parangón con los de otros de su misma edad. Hemos leído los derechos del niño en clase, y también de sus deberes, que los tienen, viendo que no tan lejos de su casa se cometen abusos contra derechos tan elementales como los de la identidad de uno, el derecho a la intimidad, y todo queda resumido en algo: el derecho a ser niño.
Termino con una cita que me hizo reflexionar hace tiempo: "Quien no tiene esperanza, es fácil de dominar". Hay que crear esperanza, y muy especialmente en aquellos que tienen aun tanto camino por recorrer como son los niños.
Chus de León
Tutor ESO
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